El 煤nico momento en el que podemos encontrarnos con Dios es el ahora, el 煤nico lugar aqu铆. La meditaci贸n es el proceso de regresar al aqu铆 y al ahora. Pero en cuanto nos sentamos a meditar, descubrimos lo poco que hay de nosotros en realidad. [Los sentimientos de culpa o des谩nimo por nuestro grado de distracci贸n son irrelevantes. Aceptar el hecho de la distracci贸n es simplemente una etapa de autoconocimiento y autoaceptaci贸n: el proceso mismo que constituye el camino espiritual. En sus primeras etapas, lo llamamos arrepentimiento, ver y aceptarnos tal como somos. Esto es por naturaleza humillante. La meditaci贸n nos lleva r谩pidamente a la humildad. Una y otra vez volvemos al mantra, aprendiendo as铆 el significado de la humildad y la fidelidad. Como el hijo pr贸digo, “entramos en raz贸n” no una vez, sino tantas veces como sea necesario. Volvemos a dar la vuelta y regresamos a casa. Aprendemos qui茅n realmente nos acoge de nuevo tan humildemente y tan a menudo y nos llama a unirnos a la fiesta de la vida.
