He buscado “Prepararse para la Navidad” en Google y he encontrado “hacer una lista de canciones navideñas; construir una casa de pan de jengibre; decorar la casa; ver un especial de Navidad”. Se podría pensar que se trata de un enfoque poco espiritual y trivial de estos días santos. En el lado positivo, sin embargo, podría sugerir un tenue recuerdo borroso de algo que una vez fue sagrado, incluso para tratarlos sólo como días festivos, incluso cuando la razón y la historia detrás de la razón se han desvanecido hace mucho tiempo.
¿Qué significa prepararse para una fiesta religiosa? Prepararse para una fiesta de carácter periódico es refrescar y restaurar la comprensión de la dimensión profunda de la vida. Cualquier cosa que hagamos con regularidad -incluso la meditación- puede volverse fácilmente superficial y pasar al piloto automático, lo que nos priva del sentido de asombro y gratitud que se supone debe despertar en nosotros. Toda percepción del misterio sagrado requiere una mayor conciencia y disposición. Estén preparados”, dijo Jesús, “porque no saben qué día vendrá su Señor”.
Una manera de hacerlo esta semana es tomarse en serio los momentos de meditación. Incluso en los días más ajetreados, prepárense para los momentos de meditación como si fueran los más importantes del día. Para prepararnos, podríamos leer el relato del evangelio de Lucas (2: 1-20) recordando que son 400 de las palabras más importantes jamás compuestas. Nos cuentan una historia sobre cómo contar una historia, transmitirla y refrescarla en cada narración para que nunca seamos tan tontos como para pensar que las entendemos. El ángel da la noticia a los pastores (marginados sociales) que cuentan lo que han oído a María y José (que no encontraban posada en ningún sitio y pronto se convertirían en refugiados) y a los Reyes Magos (peregrinos en tierra extraña) que relatan lo que han sabido por las estrellas sobre el recién nacido. Nosotros seguimos formando parte de esta interminable transmisión de lo que los pastores dijeron que habían “oído y visto”.
He aquí cuatro breves notas de esta melodía para memorizar y recordar durante los días de la semana que comienza:
Llegó el momento de que naciera el niño (v. 6)
El momento y el lugar adecuados, el final de una larga espera y preparación. Cumplir nuestro destino incluso cuando las circunstancias no parecen las más idóneas.
Lo acostó en un pesebre (v. 7)
Manger en francés significa “comer”. El que es llamado “pan de vida” es depositado donde se encuentra el alimento.
Sintieron temor (v. 9)
Cuando la luz del ángel les iluminó, los pastores se dieron cuenta de la oscuridad en la que se encontraban. Tememos cambiar la comodidad de la ignorancia por la conmoción de la conciencia.
Fueron apresuradamente(v. 16)
Pero una vez que se ha producido el despertar, no hay tiempo que perder y el miedo se sustituye por una acción decisiva.
San León Magno, en el siglo V, predicó un sermón extraordinario el día de Navidad. Dijo: “La tristeza no debe tener lugar en el cumpleaños de la vida. El miedo a la muerte ha sido engullido; la vida nos trae alegría con la promesa de la felicidad eterna”. ¿Nos estamos preparando para una vida sin nuestro miedo más profundo?
Laurence Freeman OSB.