No hay una cifra definitiva entre los grandes comentarios sobre cuántas parábolas dio Jesús. Algunos sugieren 30, otros 40, y algunos llegan hasta 100. Las parábolas ocupan aproximadamente un tercio de sus enseñanzas. Él enseñaba a través de parábolas de acuerdo al nivel de comprensión que nosotros y sus oyentes éramos o somos capaces de tener en ese momento. Y, con suerte, cuando volvemos a ellas una segunda, tercera o centésima vez, nuestra capacidad se va ampliando un poco más. Las parábolas en sí mismas eran solo vehículos o instrumentos para comunicar la Palabra viva de Dios, que no se encuentra en un diccionario. No es un teléfono. No es una palabra común. La palabra de Dios es algo vivo y activo. Crece en nosotros. Nos transforma. Da lugar a nuestra existencia y está constantemente allí nutriéndonos, corrigiéndonos y sanándonos. La Palabra viva de Dios hecha carne en Él.
Homilía del 16 de junio de 2024, Laurence Freeman OSB