Lo que nos lleva a la meditación, creo que en primer lugar es una intuición, una sensación de que hay más en la vida y en nosotros mismos de lo que podemos ver o de lo que pensamos, y no sabemos cómo explicarlo, articularlo o entenderlo, pero sabemos que existe esa otra dimensión de la realidad. La llamamos ‘espiritual’, o tal vez no la llamemos espiritual, pero sabemos que hay algo más. Y sabemos que necesitamos encontrarlo, conocerlo y que incluso nos conozca, y nos sentimos atraídos hacia ello. La vida sería más simple si no lo estuviéramos, si no tuviéramos esa atracción hacia lo divino, hacia lo trascendente, hacia lo desconocido, hacia lo incognoscible. Simplemente seguiríamos con nuestra existencia diaria. Esta búsqueda, esta búsqueda de Dios, es importante, es una prioridad, una parte significativa de nuestras vidas.
La experiencia de ser, Laurence Freeman OSB