Retiro Anual WCCM Colombia: “Amor en Movimiento: un viaje a nuestro interior”
En medio de la agitación y el ruido de la vida cotidiana, se nos presenta una invitación provocadora: detenernos. Detenernos para movernos, pero no hacia afuera, sino hacia adentro. Paradójicamente, en el camino espiritual, avanzar es detenerse, y solo en el silencio y la quietud podemos llegar a ser conscientes de este movimiento interior.
Este año, bajo el tema “Amor en Movimiento“, tuvimos la oportunidad de vivir nuestro retiro anual de comunidad en el Monasterio Benedictino de El Rosal, un lugar tranquilo y cercano a Bogotá que nos ofreció el espacio ideal para retirarnos. Durante tres días, fuimos testigos de cómo el amor no solo se siente en el corazón, sino que también se despliega en cada acción y cada gesto compasivo.
A través de la práctica del silencio contemplativo, piedra angular de la meditación cristiana, descubrimos que la paz no es un estado lejano, algo que solo podemos alcanzar en algún futuro ilusorio, sino que es un don accesible en el aquí y el ahora, un don del Espíritu que se ofrece en el interior de cada persona.
El retiro nos permitió desconectarnos del ruido exterior para reconectar con la esencia del amor divino que habita en nosotros, en los demás y en el mundo que nos rodea. Este espacio de quietud fue un recordatorio constante de que la paz, al igual que el amor, no es algo que debemos buscar afuera, sino algo que podemos cultivar dentro de nosotros mismos.
El retiro no solo ofreció momentos de introspección, sino también de comunidad. La conexión que surgió entre los participantes fue una de las mayores riquezas de este encuentro. Buscadores provenientes de la costa caribeña y la región andina se reunieron en un mismo espacio, unidos por el deseo de profundizar en la práctica de la meditación y compartir con otros meditadores.
Este año, las charlas estuvieron a cargo de Patricio Lynch y Stefano Cartabia, quienes nos guiaron con su sabiduría y reflexión, invitándonos a expandir nuestra comprensión del amor como una energía activa y transformadora. A través de sus palabras, fuimos desafiados a abandonar visiones dualistas de la realidad y a abrazar una visión unificada e integradora, donde el amor se presenta no solo como un sentimiento, sino como una fuerza poderosa que nos impulsa hacia la unidad y el bienestar común.
Cada jornada estuvo llena de momentos de profunda conexión. Pero sin duda, uno de los más especiales fue la práctica compartida de la meditación, que nos permitió experimentar, en un mismo silencio, la unión de nuestras intenciones y la fuerza de la unidad. En cada respiración y en el silencio, la unión se hacía presente, recordándonos que no estamos separados, sino profundamente conectados por esa energía divina que todos compartimos.
El retiro también incluyó momentos de yoga, que complementaron la práctica de meditación y nos permitieron estar más en contacto con nuestro cuerpo y con la tierra. Al finalizar una de las sesiones de yoga, nuestros pies estaban rojos, pero no precisamente por el esfuerzo físico…
Tuvimos la alegría de contar con la presencia de la coordinación nacional de la comunidad en Colombia. Agradecemos profundamente a los voluntarios y voluntarias que, con su dedicación y cercanía, hicieron posible que este retiro se llevara a cabo. Gracias también a los que viajaron desde diferentes rincones del país para participar, y que, con su presencia hicieron de este espacio un lugar lleno de paz, amor y comunidad.
El tema “Amor en Movimiento” nos enseñó que el amor es una energía viva, una fuerza que no solo nos transforma a nivel interior, sino que nos impulsa a movernos hacia el otro, a compartir nuestra luz, a vivir con mayor autenticidad y compasión.
Nos despedimos, pero con la certeza de que el amor sigue moviéndose en nosotros, siempre en acción, siempre transformándonos. Estos encuentros fortalecen nuestra comunidad y nos confirman aquello que decía John Main: “La meditación crea comunidad”.
Meyer Polo