12.12.2021 - Extracto de Laurence Freeman OSB, ASPECTOS DEL AMOR: En Retiro con Laurence Freeman (Londres: Medio Media, 1997), p. 54)
Podemos aprender a ver la realidad. El mero hecho de verlo y convivir con ello trae sanación. Esto nos lleva a una nueva forma de espontaneidad: la espontaneidad de un niño que aprecia la frescura de la vida, la inmediatez de la experiencia. Debemos recuperar esta espontaneidad para entrar en el reino. Es la espontaneidad de la verdadera moralidad, la de hacer lo correcto de manera natural, no siguiendo manuales de reglas, sino viviendo nuestras vidas guiados por la única moralidad: la moralidad del amor.
La experiencia del amor nos da una capacidad renovada para vivir con menos esfuerzo. La vida se convierte en algo menos conflictivo, menos competitivo, menos basado en adquirir cosas. A través del amor, se nos revela lo que en algún momento todos hemos vislumbrado: que nuestra esencia es alegre. En lo más profundo, somos seres llenos de alegría.
Si aprendemos a saborear los dones de la vida y a ver lo que la vida realmente es, estaremos mejor preparados para enfrentar sus tribulaciones, penas y sufrimientos. Esto es lo que vamos aprendiendo, suavemente, día a día, mientras meditamos. La meditación nos lleva a comprender el maravilloso misterio de lo ordinario.
Nos volvemos menos dependientes de buscar estímulos o distracciones extraordinarias. Empezamos a descubrir, en las cosas más simples de la vida diaria, esta "radiación de fondo" del amor, esa presencia constante de Dios que está en todas partes y en todo momento.