Cómo meditar
Siéntate
Siéntate quieto y con la espalda erguida.
Cierra los ojos ligeramente.
Siéntate relajado pero alerta.
Di la palabra
En silencio, interiormente empieza a decir una sola palabra.
Recomendamos la palabra de oración maranatha.
Recítala como cuatro sílabas de igual longitud. Ma-ra-na-tha.
Escucha la palabra
Escúchala a medida que la dices, suave pero continuamente.
No pienses o imagines nada, ni espiritual ni de otro tipo.
Regresa a la palabra
Si vienen pensamientos o imágenes, estas son distracciones en el momento de la meditación, así que sigue regresando y simplemente di la palabra.
Persevera
Medita cada mañana y cada tarde por un periodo entre veinte y treinta minutos.
La Palabra
El padre John Main OSB recomendó el uso de la palabra Maranatha porque es una de las palabras de oración más antiguas de la tradición cristiana. Es una palabra aramea, del idioma que hablaba Jesús, y significa «Ven, Señor». Ven, Señor Jesús» o «El Señor viene». Sin embargo, en el tiempo de meditación no debes pensar en el significado de la palabra – esto sería una distracción. Si algún pensamiento disputa su atención, simplemente vuelva a la simple y fiel recitación de la palabra: Ma-ra-na-tha.
Oración Inicial (por John Main)
Padre celestial, abre nuestros corazones a la presencia silenciosa del Espíritu de tu Hijo. Condúcenos dentro de ese misterioso silencio donde tu Amor es revelado a todo aquel que clama «Maranatha… Ven, Señor Jesús».
Oración de cierre (por Laurence Freeman)
Que pueda ser esta Comunidad un verdadero hogar espiritual para quien busca, que brinde amistad para quien se encuentra solo, que sea guía para quien está confundido. Que quienes oren aquí sean fortalecidos por el Espíritu Santo para servir a quienes vengan y recibirles como a Cristo mismo. En el silencio de este lugar, que todo el sufrimiento, violencia y confusión del mundo encuentren el Poder que consolará, renovará y elevará el espíritu humano. Que pueda este silencio ser un poder para abrir los corazones de los hombres y las mujeres a la visión de Dios y así recíprocamente, al amor y la paz, en justicia y dignidad humana. Que pueda la belleza de la Vida Divina llenar este lugar y los corazones de quienes oren aquí, con gozosa esperanza. Que quienes vengan aquí, con la carga de los problemas humanos, se vayan agradeciendo la maravilla de la vida humana. Hacemos esta oración por Cristo Nuestro Señor. Amén.