Al entrar y durante un grupo de meditación online
Sigue estas pautas para sacar el máximo provecho de tu sesión grupal:
- Conéctate de 5 a 10 minutos antes del comienzo para asegurarte de que tienes tiempo suficiente para solucionar cualquier problema de conectividad, de audio o vídeo.
- Una vez entres silencia tu micrófono y permanece en silencio. Algunos asistentes están visibles con la cámara encendida, otros no. Evita iniciar conversaciones o interrumpir abruptamente el silencio antes de meditar.
- Rara vez se bloquea la sala para evitar entradas tardías e interrupciones. Aún así, evita llegar cuando la meditación haya comenzado.
- Permanece visible a lo largo de las sesiones para crear un ambiente amable y para que el tiempo compartido sea sostenido atentamente por todos los asistentes.
- Acércate a cada sesión como si estuvieras entrando en el espacio físico de una sala de mediación; abstente de entrar y salir de tu espacio de práctica durante la sesión o hacer multitarea. Para ayudar a tus compañeros de meditación, se recomienda que mantengas una presencia totalmente comprometida, en lugar de observar pasivamente.
- Recuerda que otras personas pueden verte si tienes la cámara encendida. Evita cualquier actividad, movimiento o sonido que pueda distraer o interferir la experiencia de otro asistente.
- Es posible que surjan problemas ocasionales con la tecnología u otros obstáculos y desafíos para tu práctica. Tómatelo todo con calma y aprovecha todas las experiencias como una oportunidad para practicar.
Al compartir
Cuando llegue el momento de compartir, honramos el tiempo que compartimos juntos. Ten en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Al escuchar, mantenemos nuestra atención centrada en la escucha atenta y agradecida. Escuchar es una forma importante de participación. Escuchamos profundamente la experiencia/la historia/los pensamientos del otro vaciando nuestros propios pensamientos y respuestas simplemente estando presentes a la persona que habla, sin juicios ni análisis, ni elaborar respuestas
- Describe tu experiencia, puntos de vista, preocupaciones, preguntas, etc., de manera breve y clara usando el lenguaje del “yo”.
- Cada uno es experto/a en su experiencia.
- Opta por ser conciso/a en la expresión – di sólo lo que se necesita decir – no hay necesidad de elaborar.
- Comparte lo que puedas, no lo que no puedas,
- Nadie está obligado a hablar; siempre puedes pasar.
- Honramos el silencio cuando surja.
- Evita dar opiniones generales, entrar en debates teológicos o desviarte a temas que no se traten en la reflexión del día.