El silencio es trabajo. Es un trabajo de atención. Comienza con un pequeño esfuerzo de autocontrol, cuidando la lengua. Luego nos lleva a una dimensión interior de silencio; es dejar de lado los pensamientos. Así que es tanto interior como exterior. Por eso mantenemos el silencio físico — no hablamos — para poder pasar de esa primera fase hacia este trabajo interior.
La experiencia de ser, Laurence Freeman OSB