El silencio es, por lo tanto, mucho más que la ausencia de ruido y aún más que la ausencia de pensamientos. Quizás todos hemos tenido un pequeño vistazo, por breve que haya sido, de poder estar sin pensamientos, pero ser consciente de eso no es tan inusual; por un momento, o algunos momentos, no tuve pensamientos — el cielo está muy azul, no hay nubes. Pero el silencio es más profundo que eso, porque el pensamiento “no tuve pensamientos” sigue siendo un pensamiento; sigue siendo autoconsciencia. Así que el silencio, como lo explica claramente Ramana Maharshi, es cuando el pensamiento “yo” no surge — no hay un testigo o un observador externo. Y creo que esto es a lo que se refiere Jesús cuando nos dice que dejemos atrás el “yo” y todas nuestras posesiones, y entremos en esa pobreza de espíritu a la que accedemos a través del mantra, y viviendo las consecuencias de repetir el mantra en el centro de nuestro ser. «El resplandor de la verdad despojada del “yo” es la mayor austeridad.»
La experiencia de ser, Laurence Freeman OSB